Goran Pandev y el despertar del Fútbol en Macedonia

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Goran Pandev y el despertar del Fútbol en Macedonia

Gracias al eterno Goran Pandev, Macedonia del Norte se clasificó por primera vez en su historia a una Eurocopa. Pero el fútbol en ese país es centenario y tiene una historia de grandes luchas.

Cuando sonó el silbato final, Goran Pandev se desplomó en el suelo y comenzó a llorar. Gracias a su gol, Macedonia del Norte se clasificó por primera vez en su historia a una Eurocopa, tras vencer por 1 a 0 a Georgia en Tbilisi. Como si fuese un giro del destino, no podía ser otro futbolista sino él quien depositara a esta nación en su primera gran cita continental. Y es que, aunque sea mayormente desconocida para las grandes luces del fútbol, en esta nación se respira y vive fútbol, y tiene detrás de sí una historia fascinante, que finalmente le ha dado una gran alegría a su pueblo. Y eran esas lágrimas el lugar perfecto para simbolizar tanto tiempo de lucha.

A diferencia de muchas otras historias, los orígenes del fútbol en Macedonia son mas bien claros. Hay un punto de partida. El 20 de abril de 1919 en un campo en Skopje, su capital y ciudad mas importante, un grupo de jóvenes disputó un encuentro amistoso ante soldados británicos. Este hito es considerado por la Federación como el primer partido oficial disputado en suelo macedonio que terminó en un triunfo por 2 a 0 para los locales. Este partido es tan simbólico al punto tal de que un monumento conmemorativo se erige hoy en dónde la pelota rodó oficialmente por primera vez. Sin embargo, nunca la historia oficial es completamente cierta. Años antes ya estaba fundado el primer club de fútbol local, el FC Vardar (así era conocida la región dentro del reino serbio), que años después cambió su nombre a Građanski Skopje.

Ya en la época del Reino Yugoslavo, la región de Vardar iba a padecer las notorias diferencias en sus inicios ante la fuerza de las regiones de Serbia o Croacia, o incluso Bosnia. Recién en el campeonato de 1935/36 un equipo de esta zona pudo disputar oficialmente la primera división. Gracias a la creación de la Subasociación de Fútbol de Skopje, la región estaba habilitada a enviar un equipo por temporada a la clasificatoria nacional, evitando en la previa a otros equipos mas poderosos. El primero en acceder a la etapa final fue el Građanski Skopje, quien en su primera aparición tuvo una gran actuación derrotando al equipo serbio Građanski Niš, para luego quedar eliminado ante el Slavija Sarajevo por un abultado global de 11 a 3.

El Građanski Skopje volvería a competir en la temporada de 1938/39 con una pobre actuación, pero aún así se convertiría en el único equipo local en participar de la primera división hasta que estalló la segunda guerra mundial. Durante el caos de la Segunda Guerra Mundial, la región Macedonia pasó a ser parte de Bulgaria. En ese período los equipos pasaron a la estructura búlgara, inclusive con varios de sus jugadores perteneciendo a la Selección nacional, pero todo cambiaría con el fin de la guerra y la llegada de la Yugoslavia de Tito. A los pocos años, esa región iba a ser retomada y se convertiría en la República Socialista de Macedonia.

Durante este período, la estructura del fútbol macedonio comenzó a solidificarse dentro del fútbol yugoslavo, aunque a un ritmo menor que las otras repúblicas. Su liga local servía como liga regional en la tercera división, lo que posibilitaba una presencia constante de equipos en la segunda división. Nace en 1947 también el equipo mas grande y popular hasta el día de hoy, el FK Vardar Skopje, de la fusión del antiguo Građanski y el FK Pobeda, el otro equipo grande macedonio en aquel entonces. Su creación fue no sólo un hecho deportivo, sino también político. Fue creado por las mismas autoridades de la región con el fin de tener un representante de nivel y fuerza en las primeras planas del fútbol yugoslavo y para promover el crecimiento del fútbol en Skopje. A falta de una Selección, sintetizar el sentir macedonio en un club parecía la mejor opción.

El FK Vardar cumplió su objetivo y fue la gran presencia macedonia durante todo el período yugoslavo. Con 33 apariciones en la Primera División, era un animador constante y a sus descensos les solía seguir una rápida vuelta a la máxima categoría. Sólo otros cuatro equipos llegaron a participar, el Pobeda ya nombrado un año antes de la fusión y los conjuntos de FK Teteks Tetovo, FK Rabotnički y el FK Pelister, ya en los últimos años antes de la desintegración. Ninguno pudo afianzarse mas allá de una o dos temporadas.

Mientras tanto, el Vardar tiene algunos hitos en su haber. En 1960 y de la mano de la gran dupla formada por Vladimir Nikolovski y Andon Dončevski, lograron su primer título oficial al vencer en la final de la Copa de Yugoslavia por 2 a 1 al Varteks croata. Sin embargo, su gran partido sería en cuartos de final, donde derrotó por 3 a 2 al poderoso Partizan serbio. Aún así faltaba otro trofeo mas en su vitrina. Su gran oportunidad de lograr el máximo título de liga llegaría en la temporada 1985/86. Aprovechando un escándalo de amaño de partidos que afectó a la gran mayoría de los equipos serbios y croatas la temporada, que comenzaron con seis puntos menos, el Vardar finalizó ese torneo primero con 38 puntos, coronándose campeón. Sin embargo, un fallo posterior determinaría que los equipos afectados previamente eran inocentes, recuperando esos seis puntos, bajando al Vardar al quinto lugar en la tabla en la post-temporada. El título le fue retirado y entregado al Partizan, pero al Vardar le fue reconocida la oportunidad de jugar la Champions League en la siguiente temporada.

A la luz de estos resultados, el Vardar se convirtió en un fuerte ícono de identidad macedonia durante este período ya que logró sintetizar la pasión por el fútbol vivida principalmente en Skopje, a la par de un sentir nacionalista que se acrecentaba a medida que comenzaba a avanzar el movimiento “ultra” hacia las décadas del 70 y el 80. Sus éxitos, aunque menores en comparación a los grandes nombres yugoslavos, fueron suficientes para cimentar su desarrollo posterior cuando finalmente Macedonia alcanzó su independencia en 1992.

La transición durante la desintegración en la región fue compleja para Macedonia, tanto social como economicamente. Y el fútbol escenifica todavía hoy parte de esos conflictos. Un ejemplo claro sucedió en 2014, cuando en un encuentro por la UEFA Europa League entre el Vardar y el APOEL de Chipre, el encuentro estuvo detenido y al borde de la suspensión cuando los ultras del APOEL, pro-griegos, ondearon una bandera que decía “Macedonia es griega”. El conflicto entre Macedonia y Grecia, que rememora a las épocas helenísticas de Alejandro, es el motivo por el que hoy esta nación es conocida como Macedonia del Norte, para distinguirla de la provincia griega.

A nivel local, estas tensiones se manifestaron con la presencia de ciertos equipos como el KF Shkëndija, que representa a la comunidad albanesa. El Shkëndija fue fundado durante la década del ’70, pero dada la popularidad que estaba teniendo entre la comunidad, fue desintegrado por las autoridades yugoslavas ya que no querían tener un club nucleando a una comunidad que consideraban “problemática”. Ya durante la independencia este club volvió a renacer y para la temporada del 2010 volvió a la primera división, ganándola ese mismo año. Luego obtuvo un bicampeonato entre el 2017 y el 2019, siendo hoy uno de los grandes animadores de la liga local junto al Vardar, que igual sigue dominando la escena local con 11 títulos de liga desde la independencia.

La falta de una liga poderosa, por motivos económicos, pero también por haber pasado tanto tiempo subyugada a una federación que no era la propia y que no le destinaba la importancia ni los recursos necesarios, le ha significado a Macedonia del Norte una tarea titánica el poder mejorar y desarrollar su fútbol local. Esto ha hecho que sus campeonatos no atraigan tantos espectadores a pesar de que el fútbol es, sin dudas, la principal pasión del país. Esto derivó en que la presencia de los ultras y el hooliganismo esté sobredimensionada en las canchas, con los problemas que esto trae. Así, los hechos de violencia o racismo están a la orden del día, y la presencia de estos grupos dentro de ciertas estructuras políticas locales la han vuelto una problemática que ninguna autoridad parece tener muchas ganas de subsanar. En un estudio sobre la violencia en el fútbol en las ex naciones yugoslavas, un ultra bajo anonimato declara: “Si eres ultra del equipo de la ciudad, en Macedonia se te abren las puertas de la alcaldía”. El fenómeno excede largamente a la capital y permea en todos los equipos, ya que cada ciudad o región de relevancia suelen tener su representante en la primera o la segunda división.

Con este panorama local no es extraño que desde su afiliación a la FIFA y la UEFA, la presencia de la Selección de Macedonia en las competencias internacionales haya brillado por su ausencia. A pesar de eso, siempre se las ha arreglado para presentar equipos que podían complicar a cualquier Selección en una mala noche. Su debut oficial así lo marca, logrando un empate 1 a 1 frente a la, en ese momento, Dinamarca campeona de Europa.

Con los caminos vedados por el sistema de clasificación europeo, que siempre prioriza a las principales naciones, el orgullo recaía entonces sobre las figuras macedonias que lograban hacer una gran carrera en el exterior. Y ahí es cuando toma mayor relevancia el nombre de Goran Pandev.

Nacido en la ciudad de Strumica en 1983, Goran Pandev apenas disputó algunos encuentros en el club local antes de partir a Italia a hacer una carrera fenomenal. Dejando su huella en clubes de renombre como el Internazionale, la Lazio o el Napoli, incluso llegando a ganar una Champions League, su carrera parecía entrar en declive tras una mala incursión en el Galatasaray y un regreso complicado al Calcio jugando para el Genoa. Sin embargo, su nivel ha visto un renacer en los últimos años, y aprovechando la creación de la Liga Europea de Naciones, que les permite a selecciones de segundo y tercer orden tener mas competencia entre ellas, cargarse a su país al hombro tras tantas frustraciones previas.

Macedonia también está viviendo una suerte de generación dorada, comandada por el ex futbolista Igor Angelovski, quien ha sabido engranar bien aquellas piezas dispersas por varias ligas europeas. De la mano de jugadores en su plenitud como Ilija Nestorovski y Ezgjan Alioski y su gran promesa Elif Elmas, han sabido sacarle un poco del peso en la espalda a la gran figura que es Goran Pandev a la hora de crear juego. Y los resultados no tardaron en llegar. Un doble ascenso de la Zona D a la Zona B  en la Liga de Naciones Europeas y la clasificación agónica a la Eurocopa son la prueba de que la historia del fútbol macedonio recién se está escribiendo.

Sin embargo, el aporte de Goran Pandev a su país excede lo que hizo y todavía hace dentro de un campo de juego. En 2010 el astro funda la Akademija Pandev en su Strumica natal. Dicho equipo luego comenzó a competir profesionalmente en la estructura del fútbol local, llegando a  la primera división en 2017 y ganando la Copa de Macedonia en 2019. Con un plantel formado principalmente por jugadores jóvenes, Pandev apuesta a que su legado continúe una vez terminada su carrera, para que su nación no tenga que pasar por el ostracismo que sufrió a lo largo de su historia moderna, incluido en el fútbol, nunca más.

Publicada originalmente en Suplemento Enganche en Octubre de 2020.

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